Al otro lado de Potosí se desarrolla una historia completamente diferente a la de los Tinkus:
Es el caso de los jalkas, una danza la cual muestra la alegría de la gente del campo en sus labores agrícolas donde el hombre cava la tierra mientras la mujer le ayuda con la siembra de las semillas que pronto darán frutos y es por los cual se baila esta danza, para que la cosecha sea de gran provecho para la población.
Como la mujer y el hombre trabajan juntos, surgen entre ellos un amor muy puro y verdadero, unido por la colaboración y el respeto que se tienen dedican su baile, asu uníon fraternal.
Las mujeres llevan el mismo vestido de los tinkus con algunas variaciones en los colores los cuales tienen que ser oscuros para que no se ensucien con el trabajo agrícola, trenzadas cada una de una manera muy particular, y coronadas con un sombrero que les cubre del sol en esos días de trabajo al rigor del mismo.
Los varones, por su parte, llevan en su vestimenta el color blanco que muestra la pureza de su conciencia, acombañado de una faja y un atado que cuelga de su espalda, un sombrero y abarcas.